Conocer estos aspectos no solo ayuda a prevenir averías, sino también a alargar la vida útil del coche y mejorar su rendimiento.
Los motores diésel suelen ser más robustos y están diseñados para recorrer largas distancias, pero su mantenimiento presenta particularidades:
► Filtros de combustible: los diésel requieren mayor atención al filtro de gasoil, ya que las impurezas pueden dañar los inyectores. Se recomienda sustituirlo con mayor frecuencia.
► Sistema de inyección: la presión de trabajo es más elevada que en un gasolina, lo que obliga a revisiones periódicas para evitar fallos en los inyectores.
► Filtro de partículas (FAP o DPF): este componente necesita regeneraciones adecuadas y, en trayectos urbanos, puede obstruirse con facilidad. Su sustitución resulta muy costosa si no se realiza un mantenimiento preventivo.
► Aceite y lubricación: aunque la duración entre cambios es mayor, el uso de un aceite específico y de calidad es imprescindible para evitar desgastes prematuros.
Por su parte, los motores de gasolina requieren cuidados distintos:
► Bujías: deben revisarse y sustituirse de forma periódica para garantizar una combustión eficiente.
► Filtro de aire: influye directamente en el rendimiento y el consumo; es más sensible en los gasolina debido a la mezcla aire-combustible.
► Correa de distribución: aunque este elemento afecta a ambos tipos de motor, en gasolina suele tener intervalos de sustitución más estrictos.
► Menor riesgo de obstrucción: a diferencia del diésel, no cuentan con filtro de partículas, lo que simplifica ciertas tareas de mantenimiento.
Tanto si conduces un coche diésel como gasolina, es fundamental seguir el plan de mantenimiento recomendado por el fabricante y contar con profesionales que realicen las revisiones de manera adecuada. Ignorar pequeños síntomas, como ruidos extraños, humo excesivo o pérdida de potencia, puede acabar en averías graves y costosas.
Cada tipo de motor tiene sus necesidades específicas y atenderlas a tiempo es la clave para asegurar su durabilidad y seguridad en carretera. No olvides que el mantenimiento preventivo es siempre más económico que la reparación correctiva.
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Cuando hablamos de mantenimiento de un coche, es frecuente pensar que todos los vehículos requieren las mismas atenciones. Sin embargo, entre un motor diésel y uno gasolina existen diferencias significativas que influyen tanto en el tipo de revisiones necesarias como en la frecuencia con la que deben realizarse.
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